DE COLLIPULLI ERA EL FEMICIDA DE MIRIAM FUENTES BLANCO, Familiares de víctima describen su violento perfil

Femicida es oriundo de Collipulli y había matado otra persona en un atropello. Dicen que era “ahuasado” y bruto para demostrar cariño, aunque la agresividad vino después.
 
En algún momento todo fue distinto. Miriam  y Alexis se habían casado y juntos habían  construido una familia, sustentada en el constante trabajo de ambos que los llevó a tener su casa y hasta un negocio propio. Pero pasó de ser una relación de amor y logros, a una de amenazas y golpes. Los familiares de Miriam Fuentes Blanco cuentan datos del  femicida de la mujer, Alexis Mora Álvarez, su ex esposo,  a quien pese a la rabia contenida, le reconocen haber sido un hombre esforzado y colaborador pero que después los celos mostraron su lado más inhumano.
“Él arrendaba en el pasaje del frente de mi mamá y después vivió con ella, porque le arrendó una pieza  a él y su abuela que lo crió. Como mi  hija iba siempre a ver a mi madre, conoció a Alexis y meses después estaba embarazada con 16 años”, cuenta la madre Marisol Blanco. Afirman que venía de Collipulli, llegando con su madre a Chillán donde tenía más familia. Por eso, dicen que tenía un trato bruto y  “ahuasado”.
“Trabajaba en la Panadería Marisol. Cuando se casaron, sus colegas pagaron una orquesta. Le hicimos un gran matrimonio”, relata Blanco. Además, afirma que él quería más a su hijo mayor, debido a que el más chico frenaba a su padre
cuando tenía malas actitudes. “Por eso mi hija le trató de dar un especial  cariño al menor y a él no le gustaba”, dice.
La familia de Miriam Fuentes lo apoyó en los momentos más difíciles. Hasta dinero le prestaron y “que nunca devolvió” según Marisol y su mejor amiga, Paola. Pero el mayor apoyo fue tras un atropello con consecuencia fatal donde había participado. “Poco después que nació el hijo mayor, atropelló a una persona en la carretera y la mató. Él ya sabía lo que era matar una persona. Pero en ese tiempo todos estaban pendientes de eso y mi mamá estuvo ayudándolo”, señala  Caterine, hermana de la víctima. Su madre afirma que el accidente “lo contaba como una anécdota”.
Sobre la personalidad del agresor, cuenta que “al principio era simpático, pero medio indio. En los cariños, te pegaba tu palmetazo y trataba a la gente de hueona cuando se enojaba. Ahí ya me aburrió un poco, porque era desubicado y cahuinero. Siempre andaba con la palabra sexo. Después pasó de ‘hueona’ a otra palabras más fuertes”.
En cuanto a los logros familiares, fueron varios en un primer momento. “Tuvieron una carnicería que se llamaba M y F, por Mora y Fuentes. Les fue excelente, se compraron una camioneta y un jeep”, dice Caterin.
Pero de a poco sus rasgos controladores se empezaron a notar. “No le gustaba que ella fuera a la peluquería,  que se pusiera bonita. Eso le daba celos”, afirma. De hecho, no la dejaba salir y menos aún consumir alcohol, lo que él realizaba sin problemas en las pocas salidas que tuvieron juntos. “Ahí armaba show. Empezaba con muchas agresiones, garabatos, lo que empezó hace como tres años. Luego ya eran moretones y era imposible que no nos diéramos cuenta”, asegura. Según dicen, los celos también eran por historias que inventaba la familia de Alexis, descontrolando su actuar.
También recuerda que jugaba fútbol en el Arda y que siempre se movía en bicicleta. Su trabajo era en la panadería Marisol y acostumbraba a escuchar música antigua, como rancheras o Viking 5. Se vestía con ropa no muy moderna y, justamente, su difunta esposa se preocupaba de comprarle mejor ropa.
Piden justicia y temen condena leve contra victimario
El padre de la víctima tampoco tuvo una muy buena relación con Alex. De hecho, no hubo comunicación con él hasta que quedó embarazada de su primer hijo. “En un principio demostró ser otra persona. Siempre lo conocí trabajando, pero ya después no era la comunicación como antes”, comenta Manuel Fuentes.
Agrega que “incluso salíamos juntos y la pasábamos bien, pero después empezaron los problemas matrimoniales. Era muy ‘mandarín’. Uno salía a las 12 de la tarde con él y a las 16 decía que había que venirse y hasta ahí llegaba el paseo. Y como mi hija era su mujer, le hacía caso. Después fue mucho”.
Acerca de una explicación sobre las razones por las cuales el homicida pasó a ser una persona violenta, expresa que “supongo que estaría enamorado y mi hija siempre fue muy sociable, le gustaba compartir. Ahí empezaba a controlarla. Después le decía que se cabreara con mi hija y la dejara tranquila, o si no, yo mismo iba a mandarlo preso. Además manipulaba a su hijo, pasándole celulares para saber que hacía su mamá. Eso ya era una enfermedad”.
Por eso insiste, “la justicia tiene que hacer justicia. Tiene que pagar con las de la ley. Él no se da cuenta que a sus dos hijos los dejó sin madre. Tiene que pagar, condenarlo. Si la justicia lo deja libre, sale a cometer más crímenes. Ese es el miedo que se tiene”, relata el dolido progenitor.
Los funerales de Miriam Fuentes, serán hoy a las 12.30 en el Parque Las Flores. Sus vecinos de la villa Las Crisálidas realizaron ayer una velatón, donde la recuerdan con inmenso cariño.

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