Familiares reaccionaron indignados al dictamen de Contraloría que permite al carabinero que dio muerte al joven mapuche seguir en la institución pese a la condena que pesa sobre él. El cabo Walter Ramírez fue condenado a tres años y un día de presidio por el delito de violencia innecesaria con resultado de muerte, tras un largo proceso judicial desde que efectuara el mortal disparo por la espalda contra el estudiante universitario el 3 de enero del 2008. Este miércoles la Contraloría General de la República falló a favor del uniformado, permitiendo que siga en sus funciones, bajo el argumento de que cumple la condena en libertad, por lo que a su juicio, no hay inhabilidad. La familia de Matías Catrileo Quezada protestó ante la determinación, manifestando su indignación por el dictamen del órgano contralor. Dicen que de acuerdo al análisis hecho con sus abogados, la Contraloría considera como “no condenado” al homicida, por estar en libertad con medidas cautelares. Mónica Quezada, madre de Matías, adelantó que al cumplirse 5 años de la muerte de su hijo el próximo 3 de enero, se realizarán distintas acciones “de repudio a la impunidad que gozan todos los asesinos de luchadores sociales”. El mando institucional ha trasladado a distintos puntos del país a Ramírez desde que comenzó el proceso en su contra, permaneciendo últimamente en la región de Aysén. “Nosotros recibimos hace un tiempo una carta de Carabineros donde nos afirman que está trabajando en la institución”, contó la hermana del activista, Catalina Catrileo, agregando que no descansarán en buscar justicia y determinar en qué parte del país se encuentra trabajando Walter Ramírez. Noticiero Collipulli New
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