Muerte de futbolista Collipullense conmueve al fútbol chileno.

La repentina muerte a los 26 años del jugador Collipullense  Hugo Alarcón (26) conmueve al fútbol chileno. “Era imposible imaginar la procesión que llevaba por dentro”, dice Marcelo Zunino, que trabajó con el volante en Melipilla.

La noticia tomó por sorpresa a todos. La tarde del viernes, mismo día de su cumpleaños 26, Hugo Alarcón, que hasta diciembre de 2018 defendió los colores de Iberia de Los Ángeles, fue encontrado muerto en su departamento de Santiago. La noche anterior, junto a un grupo de amigos, compartió en un bar capitalino. Una especie de celebración previa de su aniversario que, a la postre, terminó siendo una despedida. 

“Esta situación es sorprendente para todos. Su familia, sus amigos… nadie se esperaba algo así. Es chocante. Era un muchacho tímido y retraído, incluso estando en confianza”, dice un portavoz de CMB Fútbol, la agencia que lo representaba.

Alarcón se formó en las divisiones inferiores de Católica. Debutó en el primer equipo cruzado en la Copa Chile, en julio de 2013. Luego, tuvo pasos por Deportes Pintana y Linares, buscando su lugar en el fútbol, antes de incorporarse a Melipilla en 2016, donde completó sus actuaciones más destacadas. Más tarde defendió la camiseta de La Serena y, el año pasado, recaló en Iberia.

El deceso del futbolista movilizó a todo el balompié nacional. La ANFP y la mayoría de los clubes utilizaron sus canales oficiales de comunicación para expresar sus condolencias.

Melipilla, en tanto, fue más allá y confirmó que retirará la camiseta número 21, en un homenaje que pretende perpetuar su memoria. “Era un muchacho de personalidad retraída, muy tranquilo… Pero uno no sabe lo que lleva la gente en su interior”, comentó ayer Marcelo Zunino, integrante del staff técnico melipillano durante la estadía de Alarcón en el club. “Es una situación muy triste. En Melipilla demostró toda su calidad. Era un jugador muy habilidoso, encarador. Cuando le dieron la titularidad, no la soltó y levantó al equipo. En lo humano, se integraba bien, pero a veces se apartaba del grupo. Tenía ese tipo de personalidad. Pero era imposible imaginar la procesión que llevaba por dentro”, acota igualmente el exdefensor.

DESPEDIDA
Un centenar de personas repletó la iglesia evangélica El Arca, en Peñalolén, donde el cuerpo de Hugo fue velado entre la pena, sorpresa, desazón e incredulidad de quienes acudieron a despedirlo antes del traslado de sus restos a Collipulli.

A las 10:30 horas de este lunes en calle Argomedo 270, se realizara en responso fúnebre para luego ser trasladado al cementerio municipal de Collipulli.

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