Violencia rural: alcaldes sostienen que habitantes viven con temor y piden diálogo
"Es un daño irreparable y que repercute en que la gente está atemorizada". Jorge Radonich, alcalde de Cañete, comuna de la Región del Biobío, describe así lo que ha significado para esa y otras zonas sufrir de manera constante ataques incendiarios y ser parte de las comunas más afectadas por la violencia rural.
Las comunas más afectadas por los atentados incendiarios en los últimos tres años son Ercilla (172) y Collipulli (86), ambas de la Región de La Araucanía. Las siguen Cañete y Angol con 65 cada una, y Tirúa, con 55 ataques.
Al igual que Radonich, alcaldes afirman que sus vecinos viven con temor, principalmente a viajar en vehículo por las noches. Casi todos coinciden en que existe un abandono de la región de parte del Ejecutivo. "(Los vecinos) sienten en carne propia que nadie los está tomando en cuenta", dice el alcalde de Ercilla, José Vilugrón.
Para Radonich "hoy las personas no compran terrenos en lugares complicados". Afirma que "la gente que vive en los sectores y que no son descendientes mapuches tienen su vida restringida".
Sin embargo, una opinión distinta tiene el jefe comunal de Tirúa, Adolfo Millabur, quien asegura que "la ciudadanía entiende poco a poco que el conflicto no es con ellos. La vida es normal acá, hay incidentes, pero son al interior, a mucha distancia de donde hay vida ciudadana, comunitaria".
Baja en turismo
Según los alcaldes, el miedo de ir a la zona se ve principalmente en los turistas. Comentan que existen casos de visitantes que, aunque ya tienen reservado hoteles en las zonas conflictivas, antes de viajar llaman a las municipalidades para saber si es seguro ir.
"(El turismo) ha bajado increíblemente. Tenemos como atractivo el río Malleco y desgraciadamente esos balnearios hoy están a baja cobertura, porque la gente tiene miedo", afirma Vilugrón. El edil Radonich añade que "no vemos tantos vehículos como antes, se nota la ausencia de las personas".
Esto ha llevado a que las municipalidades busquen maneras para revertir el miedo de los turistas como incentivar el patrimonio.
Sin embargo, en Ercilla han desistido a cualquier reactivación. Vilugrón argumenta que los habitantes tienen los mismos temores que los turistas. "No podemos darles la garantía a la gente. No queremos ser cómplices o crear excesivas confianzas", afirma.
De acuerdo al alcalde de Angol, Enrique Neira, esto es completamente distinto en la comuna que administra. Asegura que el conflicto en su zona bajó, lo que les ha permitido sacarse la imagen negativa que tenían. "Nosotros no estamos de ese ranking que tiene Ercilla, Lumaco... nosotros nos encontramos lejos de esa percepción", sostiene.
Lo alcaldes señalan que los atentados dañan al sector productivo y que se refleja en el miedo de los trabajadores. "Los empresarios tienen temores; los camioneros, los forestales, que son los más afectados. No hay condiciones mínimas para trabajar", expresa Radonich. A esto se agrega la pérdida de inversionistas. "No tenemos empresas que quieran invertir en nuestra comuna por todo lo que significa su inestabilidad de perder", dice Vilugrón.
El alcalde Millabur cree que "los incidentes son con las empresas forestales. La ciudadanía entiende poco a poco que el conflicto no es con ellos".
Diálogo
Las autoridades piden mayor participación en las decisiones. Alegan que no participan en la Mesa de Diálogo de La Araucanía y que finalmente "todo se decide en Santiago". Neira señala que "falta una mesa de trabajo donde participen todos. No puede haber unos adentro y otros mirando desde afuera".
Critican las visitas de la Presidenta Bachelet a la zona. "Va donde no hay conflicto. Y nuestras comunas siguen en el desamparo del Gobierno", dice Vilugrón. quien afirma que luego "se jactan de que van a La Araucanía a solucionar problemas".
Por otro lado, Millabur dice que "hay un problema de fondo que no está siendo resuelto con un acuerdo sincero del país".
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