[EDITORIAL] Caso Lorena Astudillo: Cuando la unión hace la fuerza...pero eso no es suficiente


Hace pocas horas se acaba de conocer la sentencia que dictó el tribunal oral en lo penal de Angol para los asesinos de Lorena Astudillo Sáez.

Así como ya lo vaticinaba la fuerte presencia policial desde muy temprano en las calles aledañas, el fallo no dejó para nada conforme a los familiares, y tampoco a quienes los acompañaron en este largo y duro proceso.

Por un lado, estuvieron los vecinos desde el comienzo, colaborando con la familia en la búsqueda de Lorena, en el sector rural de La Mona, donde finalmente su sobrino halló el cuerpo calcinado.

Por otro lado, estuvieron presentes también todas aquellas personas que no tuvieron la dicha de conocerla, pero que se indignaron al saber los detalles de este horrendo caso, sobre todo al ver que los asesinos permanecían por más de un año sin ser condenados.

De toda esa indignación, rabia y conmoción surgió una fuerza colectiva y ciudadana que logró contener a una madre consternada en los momentos más dolorosos del juicio, cuando ya el aliento casi no le permitía gritar justicia para su hija, a las afueras del Tribunal, mientras uno que otro carabinero se le acercaba para decirle –amable pero contradictoriamente- que tenían una orden de impedir toda manifestación, desorden o ruido.

¿Cómo pedirle a esa madre que una condena de 20 y 10 años para quienes le quitaron la vida a su hija la deje conforme? ¿Cómo pedirle a una madre que aún siente el dolor en la misma parte del pecho que su hija le besó y acarició el último día que estuvieron juntas, que se quede tranquila con el fallo y no quiera gritarle al mundo que es una injusticia? ¿Cómo reprimir el dolor de una madre que esperó hasta muy tarde a su hija ese último día, para celebrar su cumpleaños con lo justo, pero con tanto amor, como intuyendo que sería la última vez que podría contemplar esos hermosos y grandes ojos verdes? ¿Cómo pedirle a una madre que aún guarda algunos restos de su cuerpo y ropa -que recogió uno a uno días después en el monte donde fue encontrada Lorena- que no tenga rabia contra quienes en unos años más caminarán libres por la calle como si nada?

Lorena estaba terminando un curso de conducción de montacarga Yale, porque sabía que la recolección de la leña sólo era una forma momentánea para sustentar a sus hijos, por quienes luchaba día a día para darles lo mejor que tenía: su protección y cariño.

Con mucho esfuerzo, al igual que tantas otras mujeres en este país que deben criar a sus niños solas, Lorena logró brindarles más que un techo, les dio un “hogar”, quizás sin grandes lujos, pero era el hogar de los tres. El refugio de una familia especial compuesta por una madre y dos hijos que se amaban, se amaban mucho.

Con la muerte de Lorena no sólo apagaron la luz de esta hermosa mujer resiliente, también apagaron la llama de un clan que pese a las distintas adversidades y desventajas diarias sabía mantenerse unido y tenía un gran amor por la vida, por seguir viviendo para enfrentarla.

Asimismo han apagado hoy también la luz de la esperanza de cientos de angolinos que esperaban, al igual que la familia, cadena perpetua para los autores de este brutal crimen. Hasta último momento se mantuvo la fuerza y la fe, se confió en la justicia, en el criterio de quienes dicen ser “profesionales del derecho penal”, sin embargo, los jueces nos han defraudado. Una vez más, nos han defraudado. A todos.

Porque sepan ustedes, que nos hubiera gustado informar una condena diferente. Nos hubiera gustado publicar una entrevista donde la madre de Lorena hubiese dicho que por fin da por cerrado este triste proceso, que va a poder despedir a su amada hija con la tranquilidad de haber conseguido la máxima justicia por ella. Nos hubiera gustado, como medio al servicio de la ciudadanía, que la noticia hubiera dicho que por fin triunfaron los que no tienen influencias, los invisibles, los que no salen en la tele cuando un hijo se les extravía o se les muere.

Lamentablemente no fue así, porque la verdad es que la unión hizo una tremenda fuerza…pero hoy quedó demostrado que para esta justicia eso no es suficiente.  





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